

Imagínate llegar a casa después de un duro día de trabajo, abrir el grifo de la bañera y sumergirte en un mar -salado- de tranquilidad. Apetece, ¿verdad? Los baños de sal no son exclusivos de spas lujosos ni de películas románticas de sobremesa. Están de vuelta, ¡y no sólo por su efecto relajante! Descubre todos los beneficios reales de los baños de sal y cómo prepararlos en casa.
¿Qué son los baños de sal?
Los baños de sal son una de esas tradiciones que han resucitado con fuerza en la era del autocuidado. Pero ¡atención!, no se trata sólo de llenar la bañera con agua caliente y un poco de sal al azar. Estos baños tienen una razón de ser, una técnica y un montón de ciencia detrás.
Definición y origen histórico
Un baño de sal consiste en disolver sales minerales en agua caliente para absorber sus propiedades a través de la piel. Se han usado desde hace miles de años y en todas las civilizaciones. De hecho, existen evidencias de la existencia de las sales de baño desde el 2700 A.C en China. Los egipcios, por su parte, ya aprovechaban las sales del Mar Muerto, y los romanos no se quedaban atrás con sus termas. En India, por ejemplo, los textos del Ayurveda también mencionan estas prácticas.
¿Por qué se han vuelto populares?
Hoy, esa sabiduría ancestral se mezcla con la ciencia moderna, provocando que los baños de sal se hayan viralizado por muchas razones. El auge del bienestar y la cultura del “Me lo merezco”, el deseo de desconexión en tiempos de ritmos frenéticos y, claro está, la viralización de este ritual en redes sociales motivan esta popularidad. Pero, sobre todo, son los probados efectos positivos de la sal en el baño lo que ha catapultado a esta terapia a la categoría de ‘must-have’.
Beneficios de los baños de sal
Y es que los baños de sal no sólo relajan de forma natural. También ayudan al cuerpo a nivel interno y externo. ¿Cuáles son sus principales propiedades?
Relajación y reducción del estrés
¿A que cuando tomas un baño de sal sales del agua con el cuerpo lacio, lacio? Esto es debido a que los baños de sal reducen la tensión muscular, el estrés y hasta mejoran la calidad del sueño. ¿Los responsables? Los minerales de las sales, especialmente el magnesio, del que se ha demostrado que ayuda a regular el cortisol, la hormona del estrés.
Mejora de la circulación y desintoxicación
Los baños de sal también ayudan a activar la circulación sanguínea y linfática, gracias a las propiedades antisépticas y analgésicas del cloruro sódico. Así, las altas temperaturas dilatan los vasos sanguíneos y los minerales ayudan al drenaje. ¿Piernas cansadas o hinchadas? Diles bye bye con este sencillo gesto. Además, esta práctica es desintoxicante, ya que al abrirse los poros, la sal lava los metales pesados y las toxinas de las células de la piel.
Salud de la piel y tratamiento de afecciones
Como consecuencia, los baños de sal también mejoran el metabolismo celular cutáneo y la barrera protectora de la piel. ¿Sufres de piel sensible, eczemas o psoriasis? Ponle remedio con esta técnica terapéutica. Las sales tienen un alto contenido en bromuros y zinc, que reducen inflamaciones, mejoran la barrera cutánea y ayudan a prevenir y combatir infecciones de la piel, como hongos, acné o psoriasis. Es decir, tras un ratito de inmersión, saldrás con el cuerpo relajado, desinflamado, purificado y una piel suave y elástica cual bebé.
Tipos de sales de baño y sus propiedades
Ahora bien, no todas las sales son iguales. Igual que en cocina usas sal gorda para un pescado al horno, en escamas para sazonar una buena carne y fina para aderezar la ensalada, en su aplicación tópica ocurre lo mismo. Hay una sal para cada tipo de necesidad, como puedes ver en esta comparativa.
Tipo de sal |
Composición principal |
Uso recomendado |
Sales de Epsom |
Sulfato de magnesio |
Relajación muscular |
Sales del Mar Muerto |
Potasio, bromuros, calcio |
Salud de la piel y desintoxicación |
Sal del Himalaya |
Hierro |
Revitalización y energía |
Sales aromáticas |
Sal + aceites esenciales |
Experiencia sensorial |
Sales de Epsom
Compuestas de sulfato de magnesio, las sales de Epsom son las reinas de la relajación muscular. Perfectas tras una sesión intensa de ejercicio o un día duro. Ayudan a reponer los niveles de magnesio del cuerpo. Y si sufres calambres o tensión en hombros, son tus mejores aliadas.
Sales del mar Muerto
Contienen más de 20 minerales, incluyendo potasio, calcio y bromuros. Son geniales para la piel y afecciones como la dermatitis, ya que tienen efectos calmantes y purificadores. Por tanto, son ideales para quienes buscan desinflamar y desintoxicar la piel.
Sal del Himalaya
Famosa por su color rosado, es rica en hierro y otros minerales como calcio, cloruro y el zinc. Una mezcla que le confiere un efecto energizante y revitalizante para afrontar el día con vitalidad. Además, ayuda a equilibrar el pH de la piel.
Sales aromáticas
Por último, están las sales aromáticas, elaboradas con aceites esenciales y flores secas para jugar con los sentidos.
Otras sales populares
Si bien las sales de Epsom, del Mar Muerto y del Himalaya son las más extendidas en los baños de sal, también puedes usar estas otras variedades:
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Sales de roca. Se refieren a aquellas que están presentes en la tierra, concretamente en los depósitos subterráneos de donde se extraen. Las sales de roca, muy puras y sin refinar.
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Sales andinas. Llamadas así por su procedencia, estas sales contienen una gran cantidad de oligoelementos, como sodio, potasio, magnesio, calcio, bromo y cloro.
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Sales marinas. Se obtienen de los mares y los océanos mediante un proceso de evaporación provocado por el viento y el sol. Las sales marinas suelen ser más ricas que las sales de roca; además contienen zinc y cloruro de sodio.
Cómo preparar un baño de sal en casa
Fácil, relajante y sin complicaciones. Otra de las cualidades de los baños de sal es que son un ritual de autocuidado apto para hacer en casa y que puedes personalizar al 100%.
Materiales necesarios
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Bañera (obvio, aunque luego te daremos alternativas)
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1-2 tazas de sal elegida
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Agua caliente
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Aceites esenciales (opcional)
Pasos para la preparación
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Llena la bañera con agua caliente (no hirviendo).
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Agrega entre 1 y 2 tazas de sal. Mezcla bien hasta que se disuelva la sal.
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Incorpora aceites esenciales si quieres un efecto aromático.
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Sumérgete entre 15 y 30 minutos. No uses jabón.
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Al salir, sécate suavemente y siente la relajación.
Consejos para potenciar la experiencia


Si los baños de sales son curativos de por sí, ¿qué te parece darle un plus a la experiencia? Primero, nada de focos brillantes; opta por luces bajas o, mejor aún, enciende unas cuantas velas para ambientar el cuarto. Segundo, pon música. No ACDC, claro está. Puedes buscar o crear una lista de reproducción acorde a estos momentos zen.
Y tercero, ¡date un baño relajante también por dentro! Prepara una infusión de lavanda y manzanilla con el Calm Tea Ritual Set de Lékué y tómatela mientras disfrutas de tu oasis de calma en casa. A continuación, te enseñamos cómo hacerlo.
Precauciones y contraindicaciones
No obstante, aunque naturales y beneficiosos, los baños de sal no son para todo el mundo. ¡Cuidado, navegante!
¿Quiénes deben evitar los baños de sal?
En este sentido, es importante evitar esta práctica en las siguientes situaciones:
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Tienes heridas abiertas.
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Padeces hipotensión grave.
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Tienes alergias a minerales.
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Sufres insuficiencia renal o enfermedades cutáneas graves.
En cualquier caso, consulta con tu médico si tienes dudas.
Frecuencia recomendada y duración
¿Y cada cuánto tiempo debes tomar un baño de sal? En torno a 2 o 3 veces por semana está genial. Recuerda que más no siempre es mejor. Además, cada sesión debe durar entre 15 y 30 minutos; nada de echar ahí la tarde. Y bebe agua tanto antes como después.
Preguntas frecuentes sobre baños de sal
Terminamos esta completa guía sobre los baños de sal con algunas de las dudas más habituales.
¿Puedo usar sal común de cocina?


Técnicamente sí. Es decir, si no tienes sales específicas a mano, siempre es mejor que nada, pero no es lo ideal. Ten en cuenta que la sal común no tiene todos los minerales -o en la mismas cantidades- que aportan beneficios terapéuticos.
¿Es seguro durante el embarazo?
En caso de embarazo, consulta con el ginecólogo si puedes disfrutar de baños de sal. En general, un baño de sal suave y corto no representa riesgo, pero cada cuerpo es un mundo.
¿Qué hacer si no tengo bañera?
¿Sólo dispones de ducha en casa? ¡No te preocupes! Hay alternativas. Por ejemplo, puedes realizar baños de sal de pies en algún recipiente de buen tamaño. O incluso puedes preparar una mezcla de sales para realizar una exfoliación mientras te duchas.
Conclusión
En definitiva, como has podido comprobar, los baños de sal son mucho más que un capricho dominguero propio de influencers. Son un mar de salud, relax y bienestar en un mismo envase. Y lo mejor: puedes adaptarlos a tu estilo de vida saludable. Dale una oportunidad a tu cuerpo (y mente) de flotar un ratito y cuidarte también desde fuera. ¡A llenar la bañera!