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Canónigos: propiedades destacables y 3 ideas deliciosas

 

Conocidos también como lechuga de campo o hierba de gato, los canónigos son una hierba de la misma familia que la valeriana. De hojas verdes, brillantes y pequeñas, esta verdura forma unos ramilletes muy característicos que crecen de forma salvaje y natural en zonas frías. Se trata de una verdura de invierno muy resistente a las bajas temperaturas. En este artículo, "Canónigos: propiedades más allá de la ensalada", comentaremos algunas de las características nutricionales que hacen de los canónigos una verdura tan interesante. ¡Y también te propondremos 3 ideas para introducirlos en tus platos!


 

 

Durante mucho tiempo, los canónigos se han considerado malas hierbas, aunque en Europa han pasado de ser vistas así a ser cultivadas y apreciadas por su delicado sabor y su valor nutricional. Actualmente los canónigos los encontramos en ensaladas, como decoración de platos e incluso en sopas o purés. ¡Conoce los canónigos!: propiedades y posibilidades infinitas.

 

Canónigos: propiedades destacables

Los canónigos son una joya para la cocina. No solo destacan por su textura y su sabor, sino que, además, aportan muy pocas calorías a tu dieta. De hecho, solo tienen unas 14 calorías por cada 100 gramos. Además, tienen un alto contenido en vitaminas, minerales (varía en función de la riqueza del suelo) y fibra pero, de entre todos los nutrientes, destaca la pro-vitamina A, más conocida como beta-caroteno.

Los betacarotenos son el pigmento que confiere color naranja a las frutas y verduras. Aunque los canónigos no tienen este color debido a la clorofila, la encargada del verde característico de una gran parte de vegetales.

Estas sustancias antioxidantes pueden desempeñar un papel importante en la protección del organismo frente a los radicales libres y a algunas enfermedades. Se denomina también pro-vitamina A porque, cuando al organismo le hace falta, puede convertir el betacaroteno en esta vitamina, que es esencial para el crecimiento y la diferenciación de los tejidos y de las células. Los canónigos son, además, una fuente de ácido fólico y ambas vitaminas son especialmente importantes en mujeres embarazadas para que el feto crezca y se desarrolle adecuadamente. También se recomienda su consumo  en casos de anemia por falta de hierro y para fortalecer los huesos por su contenido en calcio.

 

Los canónigos en la cocina

Actualmente, podemos encontrar canónigos en cualquier supermercado. A menudo se comercializan en bolsas (lavados y listos para servir),  lo que se conoce como producto de IV gama, que facilita la tarea de limpiar y eliminar los restos de tierra que pudieran tener. Es tan fácil encontrarlos como utilizarlos en tu cocina: ahí van algunas ideas de cómo introducir canónigos a tu dieta.

1. En ensaladas

Debido a su frescura y a su sabor tan particular, son perfectos para comer crudos. Quedan genial en ensaladas con aliños y salsas suaves, para no perder su sabor. Una idea muy fácil y rápida:  ensalada tibia de canónigos con aliño de frutos secos y miel.

2. En sopas, purés y cremas

También quedan estupendos en sopas, purés y cremas. Una crema de espinacas y canónigos con picatostes es una propuesta deliciosa y llena de sabor.

3. Pizzas y tartaletas

Pruébalos en pizzas y tartaletas calientes: añade los canónigos una vez sacadas del horno. Te proponemos preparar una pizza con tomates cortados rociados con salsa pesto.  Cuando la saques, añádele un puñado de canónigos, espolvorea queso parmesano rallado por encima y ¡tendrás una pizza de tomates al pesto con canónigos tan sencilla como deliciosa!

 

Ensalada de canónigos, queso fresco y piñones  


Ingredientes

  • 2 puñados de canónigos
  • 1 tomate
  • 1/2 queso fresco
  • 2 cucharadas de piñones

Para la vinagreta

  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de vinagre
  • 1 cucharadita pequeña de mostaza en grano

Así lo preparas

  1. Lava y corta el tomate a dados y corta a dados el queso fresco.
    2. Mézclalo en un bol con dos puñados de canónigos y dos cucharadas de piñones.
    3. Prepara la vinagreta con el emulsionador de vinagretas.
    4. Añade la vinagreta y mezcla.
    5. Sirve la ensalada y ¡a disfrutar!

Estas son solo algunas propuestas, pero puedes probar a incluirlos  en diferentes recetas y verás cómo combinan perfectamente con muchas elaboraciones. Aportan un toque fresco y una textura muy interesante a tus platos. Sanos, versátiles y buenos: ¿se puede pedir más?
¿Cómo utilizas tú los canónigos? ¡Estamos deseando que nos lo cuentes!