Ejercicios de productividad: qué y cómo comer

¿Sabías que existen alimentos y comportamientos alimenticios que pueden ayudarnos a mejorar nuestra productividad? En este artículo te proponemos unos ejercicios de productividad desde un punto de vista ligeramente diferente al que estamos acostumbrados: los hábitos alimenticios que nos ayudan a mejorar nuestra eficiencia en el desempeño de cualquier tarea.

¿Por qué practicar ejercicios de productividad?

Antes de contarte algunos trucos y ejercicios de productividad relacionados con la dieta y la nutrición, vamos a aclarar cuatro puntos básicos sobre este tema:

1. Ser productivos es ser capaces de hacer más "cosas" en menos tiempo. Esas "cosas" pueden ser muy variadas: estudiar, trabajar, hacer deporte, ir a comprar, cocinar, etc.

2. La productividad no debe estar reñida con la salud. Es decir: las técnicas que pongamos en práctica para mejorar nuestra productividad nunca deben afectar negativamente a nuestra salud física ni alterar nuestro equilibrio emocional.

3. Si no tenemos energía, difícilmente podremos mejorar nuestra productividad. Por eso tenemos que respetar nuestro tiempo de descanso y, además aportar un extra de energía a nuestro organismo eligiendo alimentos saludables. Desde este punto de vista, algunos comportamientos alimenticios pueden funcionar perfectamente como ejercicios de productividad.

4. El malestar emocional afecta negativamente a nuestra productividad o, lo que es lo mismo: si nos sentimos bien, somos más productivos.

Alimentos que pueden ayudar a mejorar nuestra productividad

Como bien sabes, una buena alimentación es la base para mantener en estado óptimo nuestro organismo y para mejorar nuestro rendimiento, nuestra concentración y, en consecuencia, nuestra productividad. El déficit en nuestra dieta de algunos nutrientes como el Omega-3, el hierro, el yodo o la vitamina B12 puede alterar nuestro rendimiento, causar problemas de concentración y hacernos menos productivos.

Hay muchos alimentos saludables y deliciosos que nos pueden ayudar a mejorar nuestro nivel de energía, nuestro bienestar físico y mental, y repercutir para bien en nuestra productividad. ¡Toma nota de estos ejemplos!:  

• Alimentos ricos en omega-3: nueces, semillas o pescado azul (como el salmón o la sardina entre otros).

• Alimentos ricos en hierro: todo tipo de carnes, pero especialmente la carne roja: ternera o buey, por ejemplo. Si prefieres no tomar carne, puedes sustituirla por una combinación de productos vegetales, como legumbres o cereales con algún aporte de vitamina C (tomate, pimiento, naranja o kiwi, entre otros).

• Alimentos ricos en yodo: con una cucharadita de sal yodada al día ya llegaríamos al nivel recomendado de ingestión diaria de yodo, pero si no añades sal a las comidas, puedes encontrar un buen porcentaje de yodo en el pescado, el marisco, la carne, la leche o los huevos.

• Alimentos ricos en vitamina B12: esta vitamina está presente en alimentos de origen animal, como la carne, el pescado, la leche o los huevos.

De todas formas, no solo importa el "qué" comer sino el "cómo". Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

• Saber parar para alimentarnos como corresponde.
• Respetar el tiempo y la atención que dedicamos a las comidas principales.

Por eso te proponemos a continuación los siguientes "ejercicios de productividad" que puedes poner en práctica en tu dieta diaria: desayuna, come y toma un tentempié a media mañana y a media tarde para aumentar tu rendimiento a partir de una alimentación sana y equilibrada.

El desayuno

En algunos estudios científicos se ha observado que si el desayuno contiene alimentos como fruta o cereales integrales se produce una mejora de la atención y el rendimiento intelectual.

No hay ninguna evidencia científica que concluya ni justifique que es mejor desayunar que no hacerlo, pero de lo que no cabe duda es que nuestro cerebro funciona gracias a la glucosa, y que mantener sus niveles estables mejora nuestro rendimiento a lo largo del día.

2 ejemplos de desayunos saludables:

• Yogur con cereales integrales y fresas.
• Café con leche y tostadas con crema de cacahuete y plátano.

La media mañana y la media tarde (la merienda)

A pesar de lo que opinen algunos, trabajar sin parar durante varias horas no te hace más productivo, sino todo lo contrario. ¿Sabes por qué? Porque nuestro cerebro trabaja con ciclos que oscilan entre los 90 y los 110 minutos de atención. Si se supera ese intervalo de tiempo, el cerebro se agota y baja gradualmente su rendimiento.

Una excelente forma de recargar esa energía perdida es tomar un tentempié, un snack saludable que nos ayude a cargar pilas a media mañana o a media tarde.

Dos ejemplos de tentempié para media mañana o media tarde:

• Piña acompañada con frutos secos.
• Un bocadillo vegetal con humus, hojas de espinacas y tomate fresco.

La comida

El exceso de trabajo y la falta de tiempo han hecho que, a veces, algunas personas se olviden de la buena costumbre de hacer una pausa para comer. Hay quien reduce esta comida tan necesaria a, por ejemplo, tomar un bocadillo delante del ordenador.

Aunque comamos en el trabajo, dedicar tiempo a alimentarnos bien es fundamental para nuestro bienestar físico y emocional. Además, la hora del almuerzo nos sirve también para relajarnos, descansar, relacionarnos con nuestros compañeros, reírnos... lo cual también es fundamental para recargar las pilas.

Un par de ejemplos de comidas saludables que también puedes llevar al trabajo en táper: 

• Ensalada de alubias, berros, cherry y ventresca.
• Sándwich de ternera marinada, mostaza y rúcula.

Los ejercicios de productividad suelen asociarse a actividades intelectuales que sirven para agilizar nuestra mente o actividades físicas que sirven para agilizar nuestro cuerpo. Sin embargo, en este artículo hemos querido subrayar cómo repercuten unos hábitos alimenticios saludables en nuestro bienestar y en nuestro rendimiento. ¿Qué te han parecido estos ejercicios de productividad relacionados con la alimentación? ¡Ponlos en práctica y cuéntanos el resultado!